Mientras el gobierno nacional procura adoptar medidas que eviten cortes como los ocurridos el año pasado sobre todo en provincia y CABA, el gobierno provincial pone en marcha el Plan Verano, con quince unidades de generación – En Rojas se han notado cortes intempestivos – El jefe del sector eléctrico de la CLYFER brindó un detallado (y preocupante) panorama
El responsable del servicio eléctrico de la CLYFER, ingeniero Fabián Arrostito, le dijo ayer sin medias tintas a El Nuevo en Radio que la situación, respecto del suministro eléctrico, ante la elevada demanda (que inclusive llegó antes, por imperio de la ola de calor), es “muy complicada”. Y advirtió sin vueltas que si bien desde la cooperativa se hace lo humanamente posible para prestar el servicio sin restricciones, éstas ya deben tenerse en cuenta por parte de los consumidores. No obstante, remarcó que, al igual que sucedió el año pasado (en el marco de una ola de calor de similares proporciones), la CLYFER tratará de evitar esa medida, aunque admitió que existe siempre la posibilidad de que la misma sea solicitada, en virtud de la situación que afecta al Sistema Interconectado Nacional. Es decir que no es una situación que afecta a Rojas solamente: de hecho ya hay distritos donde se han impuesto medidas restrictivas.
En ese sentido, Arrostito puso especial énfasis en mantener un consumo racional de electricidad, evitando todo desperdicio, y siendo muy cuidadosos sobre todo con los aparatos de aire acondicionado. Arrostito dijo que de momento la situación se maneja procurando sostener niveles aceptables de tensión pero que no debe descartarse que, en algún momento, “se nos pida una restricción de carga”. Esto implicaría por ejemplo disponer horarios especiales para las industrias, empresas y sectores de servicios y, en una situación más extrema, literalmente interrumpir el suministro por tandas horarias en las distintas zonas de la ciudad.
En tanto, explicó que la interrupción del servicio registrada ayer obedeció a un corte programado por tareas en barrio Progreso, donde se procuran aubsanar algunos inconvenientes en baja tensión. Por otro lado, sí se registró un corte intempestivo en la subestación 2002 (ubicada en calle Paso, a metros de la comisaría), por un problema en un seccionamiento en una de las salidas de baja tensión. Arrostito puntualizó que esto se produjo sencillamente por “el enorme consumo que tenemos en esta época del año”.
“El calor llegó antes de lo previsto”, explicó, y si bien se sabe que esta es una época del año de gran demanda, la situación está tornándose ingobernable. “Tenemos un inconveniente grande en todo el Sistema Interconectado Nacional donde además de la llegada prematura del calor hay un tres por ciento de crecimiento de la demanda. El inconveniente está en el corredor Bragado-Pergamino, con baja tensión. En Rojas, ante la consulta de las distribuidoras y las transportistas de la provincia, respecto de si preferimos cortes rotativos o bajar un poco la tensión del sistema, optamos por bajar un poco la tensión y no hacer cortes”, precisó Arrostito. Esto, lógicamente, generaría más inconvenientes para la población.
-Si tuviéras que definir la situación general, hay entonces que decir que, como mínimo, la considerás complicada…
-Muy complicada. Yo diría que ya es muy complicada. Hay obras que no se han terminado como la subestación 25 de Mayo, que mejoraría el nodo Bragado y tal vez nuestro corredor. Nosotros no llegamos a hacer tampoco todas las obras previstas, que iremos terminando en breve, y trataremos de no tener los inconvenientes que tuvimos el año pasado en los barrios.
-O sea que la disyuntiva es de hierro: o se opta por controlar la tensión o habrá cortes…
-Si, no hay otra. Por ahora tratamos de manejarnos con baja tensión pero seguramente nos van a pedir restricción de carga. Sobre todo si esta ola de calor se hace persistente. Vamos a sacar un comunicado, que estamos armando, sobre uso racional de la energía: no utilizar luces de más, no abusar de los aires acondicionados y cuidar de no usar elementos que producen baja de tensión cuando ya hay baja tensión.
CUADRO DE SITUACIÓN
El verano del 2021 fue uno de los más calurosos de los últimos años. Según datos del Servicio Meteorológico Nacional, el año pasado se ubicó como el quinto año de mayor temperatura promedio en el país desde 1961, y provocó un incremento en el consumo de energía eléctrica en las grandes ciudades argentinas.
Principalmente, porteños y bonaerenses, fueron los que más sufrieron los cortes y apagones de luz incluso en plena fiesta de fin de año momento en el que dos de las principales distribuidoras del país, Edesur y Edenor, recibieron la mayor cantidad de quejas por los cortes que afectaron a más de un millón de usuarios.
En este contexto, el equipo de la secretaría de Energía que conduce Flavia Royón está atento a los reclamos de las compañías generadoras del sistema eléctrico nacional.
El sistema eléctrico nacional se divide en tres subsistemas principales: generación, transporte y distribución. Las redes de transporte de energía eléctrica conectan las centrales de generación de electricidad con las zonas de consumo, y su configuración, mallada, contribuye a garantizar el suministro fiable de la energía.
Pero, en ese contexto, las empresas que generan tienen mucho para decir y reclamar desde que, en marzo de 2020, bajo la actual administración de Alberto Fernández, se desdolarizaron las tarifas. Empresas como la italiana Enel, dueña de la distribuidora Edesur que recientemente anunció su decisión de poner en venta sus activos en la Argentina, la estadounidense AES, Orazul Energy o las locales Central Puerto de las familias Escasany, Caputo, Miguens, Reca y Aguirre y Pampa Energía de Marcelo Mindlin, vieron recortados sus ingresos hasta en un 30% tras la decisión de pesificar las tarifas.
Luego de la crisis energética del período estival del año pasado, el Gobierno resolvió mediante la Resolución 238/2022, ajustar y remunerar a las empresas que generan electricidad y que operan con plantas térmicas e hidroeléctricas que son consideradas viejas porque poseen una antigüedad superior a los diez años, para financiar inversiones en mantenimiento y garantizar la disponibilidad de energía de base.
Por estas horas, los funcionarios del Palacio de Hacienda analizan un esquema similar para estas compañías que tienen contratos caídos con el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), donde convergen la oferta y la demanda para la compraventa de energía y que es responsable de abastecer en un 93% a la demanda del sistema eléctrico nacional, y trabajan con centrales amortizadas. Un esquema que está condicionado por las pautas suscriptas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el ítem reducción del déficit fiscal.
En ese sentido, si se quiere evitar el malestar en la población por posibles cortes de luz y se pretende asegurar inversiones para mantener las unidades con más de 10 años de antigüedad para mejorar la disponibilidad de energía ante los momentos de estrés del sistema, producto de las altas temperaturas estivales, se necesitarán cerca de 100.000 millones de pesos más a lo previsto en el Presupuesto para 2023.
Los anteriores ajustes por inflación a favor de las compañías generadoras arrojaron un incremento tarifario del 30% en marzo y del 10% en abril del corriente año. O sea, un módico 43%, lejos del porcentaje acumulado del alza del costo de vida informado por el INDEC hasta el momento.
Con los números que analiza el equipo de Flavia Royón, las compañías terminarían 2022 con una recomposición de entre el 80% y 85% anual, levemente por delante del registro de 76,6% del acumulado hasta el décimo mes del año.
En contrapartida, los ejecutivos de las empresas quieren negociar los ingresos del próximo año tomando en cuenta el Presupuesto Nacional elaborado por el ministro Sergio Massa que prevé una inflación del 60%.
Además del acuerdo energético que vinculará a la Argentina con Brasil hasta 2025, suscripto recientemente, que le permitirá sumar un ahorro de 376 millones dólares durante este año según el Gobierno y podrá fortalecer el suministro de alta demanda, recomponer los ingresos de las generadoras eléctricas para que no pospongan los mantenimientos de las unidades, es el otro pilar sobre el que se apoya el plan del gobierno.